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Cadena de sonrisas (Prologo)

El dermatólogo es el único médico que puede dar diagnósticos superficiales. (Anónimo)

Sofia

La risa es la expresión física resultado de una emoción agradable consistente en la contracción simultánea de 15 músculos de la cara, acompañada de respiraciones espasmódicas y de sonidos entrecortados irreprimibles.
Dicho así parece algo tan mecánico y aburrido, que no podríamos adjudicarle de motu propio virtud alguna. Pero debe tenerla cuando el poeta por excelencia del siglo XX, Pablo Neruda, imploraba así a su amada:

“Quítame el pan si quieres.
Quítame el aire.
Pero no me quites tu risa”.

A mí me gustaría definir la risa como un reflejo fascinante. Es un maravilloso regalo de nuestra naturaleza, que se nos entrega al nacer sin distinción de sexo o clase social.
Reír es una actividad psíquica estimulante. Nos libera de la tensión y el estrés que acumulamos, descarga la ansiedad y los temores reprimidos y nos ayuda a superar las frustraciones y decepciones cotidianas. Con la risa el ánima se eleva, los pensamientos se aligeran, las preocupaciones se alejan, se repuebla la mente de ideas positivas.

Pero además, creo firmemente que reír es una excelente herramienta para mejorar la salud. Desde que Darwin publicó La expresión de las emociones en los animales y en el hombre, han sido muchos los experimentos que han demostrado la doble dirección existente entre las expresiones y las emociones. Esto es, un comportamiento gestual de determinado estilo, como puede ser el reír aún sin ganas, induce sentimientos alegres. Hoy sabemos con altos niveles de evidencia científica que las emociones pueden ser tanto el resultado como la causa de cambios químicos en el cerebro. Así pues, una buena carcajada, nos oxigena y nos puede llevar a la alegría. O lo que es lo mismo, a un mejor estado de salud. (Salud según la OMS: el completo bienestar físico, mental y social).

Creo que tampoco es descabellado afirmar que el hecho de reír es equiparable a una satisfactoria actividad sexual. ¿No es cierto que la risa es similar a un orgasmo? Es incontrolable y placentera, libera endorfinas, produce una descarga física seguida de bienestar y de una sensación de agotamiento.

Reír es una muestra de inteligencia. El poeta latino Marcial así lo dejó escrito en sus Epigramas allá por el Siglo I: “Si eres sabio, ríe”. Solo el individuo de alto nivel intelectual es capaz de captar las dobles lecturas, las críticas subyacentes, las bromas larvadas, la chispa de las situaciones comprometidas. Un público impávido ante una comedia chispeante no demuestra profundidad, sino estulticia.
La risa es signo de sociabilidad. ¡Qué difícil resulta una reclamación agresiva ante una sonrisa franca! No hay mayor fraternidad que la generada por una risa compartida. Y además... ¡es contagiosa!
No necesito más razones para convencerles de que reír es bueno. Pero, ¿se encuentran motivos suficientes a lo largo de un día de rutinario trabajo para ello? ¿Es posible que los profesionales médicos, en continuo trato con el lado amargo de la vida, con la enfermedad y la muerte, puedan alcanzar la risa?
Evidentemente sí. Cualquier circunstancia tiene un lado dulce, irónico, sorprendente, pícaro o directamente jocoso, si el observador predispuesto es capaz de captarlo. Y para ello, hace falta la voluntad de salir del escenario en el que el médico es protagonista de excepción, y colocarse como espectador de sí mismo. Así se podrá valorar el gesto, el colorido, la inocencia, la fuerza de la representación de la vida en cada instante.
Pero el sentido del humor ha de ser sano, benigno, virtuoso. No hay que reír de, sino con, por y para. Con los amigos y compañeros, porque la existencia es fugaz y ha de ser por eso tomada a broma, y para que el aura de felicidad que emane de la risa, contagie a los que nos escuchan.
Eso pretende nuestro libro, en el que los especialistas han aportado con ironía, gracia y buena intención la visión amable del lado oscuro de la vida. Muchos de los lectores recordarán al hilo de las Anécdotas en Dermatología otras similares que ellos mismos habrán vivido. Las contarán a los que les rodean, y estos a su vez a otros, y a otros más. Se formará así una cadena de sonrisas que nos aprisionará en una cárcel adictiva de la que no querremos escapar.

Probadlo. Yo creo que reír también es bueno para la piel. Os lo dice una dermatóloga.

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Narrativa
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